No recuerdo muy bien por qué estaba yo aquel fin de semana en Sevilla. Supongo que algún sarao sería el culpable de ese viaje que incluía noviomaromo y un maletón llenito de un montón «porsiacasos». De eso sí que me acuerdo, porque ninguna chica cocodrilo que se precie viajará jamás sin su maleta llena de […]